Oficial francés procedente de la aviación militar. Estaba en Marruecos, con permiso especial para preparar y realizar el tramo aéreo : Casablanca- Dakar. Especialista en observación y fotografía aérea.
El Mariscal Lyautey apreciaba su dinamismo y su conocimiento del desierto y sus habitantes ; segun él, J.Roig era la persona idónea de quien la Compañía Latécoère no podía prescindir para realizar y organizar la puesta en servicio de la ruta Casablanca–Dakar. Un tramo que contaba 2.800 kilómetros, 1500 de ellos sumamente peligrosos debido a numerosos saqueos, incendios de aviones, secuestros y hasta asesinatos... cometidos por los Moros. Un territorio, que al estar bajo mandato español, escapaba a las autoridades francesas...
Desde finales de 1922, J. Roig estaba manos a la obra, y contaba con la ayuda de los militares españoles establecidos en las posiciones fortificadas de Cabo Juby y Villa Cisneros... de donde salían muy pocas veces y cuya autoridad tenía el mismo límite que las fortificaciones... Además, no les interesaba un proyecto francés que, en caso de que ocurriese una desgracia, lo cual era perfectamente previsible teniendo en cuenta el estado del material aéreo de entonces, les plantearía muchos problemas.
Ante las dificultades, J. Roig no solía ceder : volvió pues, a Cabo Juby y Villa Cisneros por vía marítima, para depositar material y carburante, pero más que nada para intentar negociar acuerdos con los jefes Moros. Y lo consiguió.
El 3 de mayo de 1923 un grupo de tres Bréguets XIV despegó de Casablanca y llegó a Dakar pasando por Agadir, Cabo Juby, Villa Cisneros y Port-Etienne. Formaban parte de la tripulación, los pilotos Cueille, Delrieu y Hamm ; los mecánicos Bonnord y Lefroid ; los pasajeros J. Roig y G. Louis, el tan valiente redactor jefe del periódico “La Vigía Marroquí”.
El 23 del mismo mes, todos llegaron ilesos a Casablanca a pesar de sufrir numerosos contratiempos, y una avería en territorio hóstil.
Joseph Roig fue siempre un colaborador eficaz, muy valeroso y gran negociador. Por lo cual, en 1924, lo destinaron a Sudamérica para preparar la ruta de Natal hasta Buenos Aires y si fuese posible, tambien los enlaces aéreos con los países que se ubicaban cerca de la futura Línea Francia- América del Sur. Regresó a Francia en Octubre de 1924 declarando : “ No hay que pensarlo más, América del Sur nos está esperando.”
El nombre de Joseph Roig es indiscutiblemente vinculado al éxito de esta maravillosa aventura aérea francesa que fue la Línea : Toulouse, Casablanca, Dakar, Natal, Río de Janeiro, Buenos Aires, Santiago.